Fue un niño tímido que, sin embargo, se arrancaba a zapatear y danzar en medio de la calle con cualquier excusa. Y siendo todavía un adolescente de 15 años, este madrileño había dado ya el salto a las compañías de danza más reconocidas de nuestro país. Pero si bailar era lo suyo, pronto demostró que ayudar a otros a bailar, exportar nuestra danza y crear nuevas formas de expresión a través de ella también era algo que sabía hacer como nadie y que acabaría dando forma a gran parte de su carrera.
Así es como logró crear en 2002 la compañía de danza que lleva su propio nombre; así es como llegó a ser nombrado Director del Ballet Nacional de España, nada menos, la figura de referencia de la danza en nuestro país; y así es como ha ido acumulando más de 20 premios. Desde que en 1999 obtuviese el Primer Premio del Certamen de Coreografía de Danza Española y Flamenco, no ha parado de ser galardonado: tiene, entre otros, el Max de las Artes Escénicas como Mejor Intérprete de Danza Masculino y ha sido reconocido recientemente, en 2023, por la UNESCO por su contribución al mundo de la danza a nivel internacional.
Ha cambiado el modo de acercar la danza al público, ha fusionado este maravilloso arte con la moda, la pintura o el deporte, entre otras disciplinas, y ahora recorre el mundo con su última creación, ‘Querencia’. ¿Pero quién es en realidad Antonio Najarro? “Una persona normal y corriente que se dedica a una actividad que le permite expresarse y mostrar su emoción a través del movimiento”, según sus propias palabras. Alguien que se siente orgulloso y agradecido de dedicarse a su pasión: la danza.
“Los bailarines de danza española son los mejor preparados del mundo”
Desde pequeño, la danza le ayudó a desinhibirse y perder su timidez, y en cuanto arrancó sus estudios, el gusanillo de la creación le picó y entendió enseguida que además de ser bailarín, quería también ser coreógrafo y poner en valor uno de nuestros grandes tesoros, que exporta por todo el mundo, la danza española, y que tan poco valoramos en España. “Debería ser hiperconocida por los españoles y por desgracia todavía no es así. Yo llevo toda mi vida luchando por darle visibilidad a través de los medios de comunicación y de mi obra”.
La danza española está formada por cuatro estilos muy diferenciados: la escuela bolera, la danza estilizada, el flamenco y el folclor o la danza tradicional española. “Pese a que exportamos con enorme éxito este estilo propio de nuestro país por todo el mundo, en España solo se conoce a un nivel general el flamenco, pero siempre introduzco los otros estilos en mi trabajo que son muy valiosos, hablan de nuestra historia y técnicamente son muy difíciles de ejecutar con la excelencia con que se ejecutan hoy en día”. De hecho, afirma rotundo que “todos estos estilos hacen que los bailarines de danza española sean los mejor preparados del mundo”.
Aunque la frase suena a tópico, Antonio Najarro es una leyenda viva de la danza, porque lo que ha hecho por la danza española es de premio, a la vista está cómo se le ha reconocido por multitud de organismos de referencia en el ámbito artístico, y es ayudar a conservarla, enriquecerla, difundirla (por ejemplo a través del programa ‘Un país en danza’ en TVE), a generar en otros el amor por ella… Pero no somos conscientes de la riqueza que tenemos en este sentido. Se trata, según Najarro, de falta de conocimiento: “Cuando se conoce la danza española, es muy difícil no amarla, o al menos sentir curiosidad. Una vez que se conocen, el público se aficiona a estos estilos, pero nos falta mucha visibilidad en este país al sector de la danza. Presentar ese programa de TVE que tuve la suerte de dirigir me costó casi cinco años de golpear puertas en la televisión pública porque no había nada serio de danza en televisión, a diferencia de lo que sucede en otros países que tienen uno, dos y hasta tres programas de danza, y ese es el quid de la cuestión: darla a conocer. Tenemos extraordinarios coreógrafos y artistas, con un nivel excelente, pero hay que acercárselo a quien está sentado en su casa viendo la televisión. Tenemos una avalancha maravillosa de musicales, teatro, conciertos que tienen mucha más visibilidad… En la danza necesitamos más apoyo mediático”.
Pero para eso hay que saber vender el producto, como en todos los sectores: “Yo tengo una visión comercial muy clara, pero en mi sector hay una disputa sobre si la comercialización de un producto puede ir en contra de la calidad. Yo creo que no. Cuando con 25 decido invertir todo mi dinero en crear mi propia compañía, tengo que buscar el aspecto comercial, se tiene que llenar el teatro y tiene que entenderlo el público chino, japonés, americano… todo el mundo. La cultura también tiene que buscar el aspecto comercial y que sea comprensible por todo el mundo.
Liderazgo humanista: “Poner el foco en las emociones y en conocer a cada trabajador es clave, como hacemos con cada bailarín”
Dice que su misión, su objetivo, es dar visibilidad y protagonismo a las nuevas tendencias de la danza con un lenguaje actual y un estilo propio, pero no parece sencillo lograr que convivan en armonía lo actual con lo clásico. “El pilar fundamental para la actualización de cualquier vertiente de arte escénica es conocer muy bien las bases. Yo he tenido la suerte de recibir el legado de grandes maestros como Antonio Ruiz Soler, Antonio Gades, Alberto Lorca, José Antonio Ruiz, Mariemma… Y he recibido de ellos mucha información, consejos, vivencias y eso es un poso que tengo en una burbuja de absoluto respeto y lo que hago es mostrar mi sensibilidad a través también de todo lo que absorbo hoy en día filtrando ese conocimiento base por mi experiencia en cine, moda, deporte, pintura, fotografía, y ahí surge una actualidad personal, pero sin forzar, sin buscar la vanguardia o cambiar nada, simplemente mostrarlo como yo lo siento”.
Porque eso es lo que queda al final de los artistas, lo que nos llega, por lo que les recordamos: “el modo en que el creador plasma su personalidad”. Y, como nos cuenta Antonio, beber de otras artes es clave. Gracias a ello y a sus colaboraciones, ha llegado a muchísima gente con su trabajo, fusionando la danza con diferentes disciplinas artísticas y deportivas, incluso con el mundo empresarial: “Supone un enriquecimiento recíproco. Yo quiero comunicar y que todo el mundo se entere de lo que es la danza española, así que me meto en todos los sectores. Estoy aportando danza y la visión de un bailarín y coreógrafo a disciplinas como el patinaje sobre hielo, espectáculos de moda o coreografiando una ópera basada en Lorca en Nueva York, en sectores que muchas veces nada tienen que ver con la danza, y ellos me aportan a mí visibilidad. Es un intercambio muy positivo para ambas partes”.
Por otro lado, reconoce que al colaborar con el ámbito empresarial le sigue llamando la atención que el patrocinio y mecenazgo en España “desgraciadamente no están muy en vigor, pero en Estados Unidos muchos proyectos salen adelante gracias a esto”. Como impulsor del proyecto ‘Danza y Empresa’, imparte conferencias con bailarines mostrando a grandes directivos internacionales cómo configura un equipo de bailarines de élite y tratando de trasladar a su modelo de liderazgo en la empresa algunos valores y técnicas fundamentales de liderazgo humanista: “El manejo de sus egos, la gestión emocional de su progreso, el sacrificio y poner el foco en las emociones, la sensibilidad y el conocimiento de cada uno de los trabajadores para sacar su máximo potencial y al fin y al cabo una mayor productividad de la empresa”.
Estamos eliminando el falso concepto del bailarín afeminado, independientemente de la tendencia sexual
Tradicionalmente hemos considerado elitistas los espectáculos de danza, como sucede, por ejemplo, con la ópera, pero a diferencia de esta, la danza parece que se está democratizando y se está haciendo cada vez más accesible, según comenta Najarro: “Los artistas se están concienciando de que hay que facilitar el acceso a la danza, no solo al contenido artístico, sino respecto a todo lo que le rodea, desde el vestuario, la forma de venderlo o incluso el diseño de la cartelería”.
Esa inclusión dentro de este ámbito no pasa solo por alcanzar al gran público, sino también por conquistar a los más jóvenes o por favorecer la cada vez más común incorporación de bailarines femeninos a un ámbito antes copado por la mujer: “En la danza hay muchas más mujeres que hombres, pero poco a poco eliminamos el falso concepto del bailarín afeminado, independientemente de la tendencia sexual que se tenga. El bailarín es una persona que quiere expresar su sensibilidad a través del movimiento, y punto. Cada vez los conservatorios se nutren más de chicos”.
Y sobre este tema Najarro trae un mensaje que merece la pena gritarse bien alto: “El mensaje principal es para los padres: vamos a dejar los estereotipos y prejuicios y dar la libertad absoluta para que un hijo tenga valores y criterio a la hora de opinar sobre algo, y la danza aporta equilibrio, respeto, constancia… Pocas disciplinas aportan tantos valores a un niño. Si los padres respetaran la tendencia sensitiva y emocional de su hijo, no pondrían barreras para que se dediquen a bailar”.
Además de todos estos temas, Antonio nos habla de su etapa como Director del Ballet Nacional de España y de su propia compañía de danza, así como sobre su último espectáculo, ‘Querencia’, con el que está rodando por medio mundo. Puedes escuchar aquí la entrevista completa a Antonio Najarro en el programa LIENZO EN BLANCO de Aquí Radio.